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Alexander Pope, un poeta británico, dijo que “el que dice una mentira no se da cuenta del trabajo que emprende, pues tiene que inventar otras mil para sostener la primera”.
“Los psiquiatras y psicólogos modernos tienen amplios estudios sobre el comportamiento de un mitómano, por ejemplo, Recientemente neurocientíficos de la Universidad de California del Sur también hallaron que el cerebro de los mentirosos compulsivos es ligeramente diferente de quienes suelen decir la verdad: tiene hasta un 26% más de sustancia blanca en la corteza prefrontal. La sustancia blanca interviene en la transmisión de información, por lo que estos investigadores consideran que un mayor volumen implicaría una mayor capacidad cognitiva para procesar las mentiras y manipular. De hecho, en algunos casos las historias que cuentan los mitómanos están muy bien hilvanadas y resultan creíbles ya que contienen un gran nivel de detalles, lo que denota que la persona ha estado procesando cuidadosamente esa información”. Tomado de: https://www.elpradopsicologos.es/blog/mitomania-mitomano-mentiroso-compulsivo
Cuando un mentiroso patológico es una persona del común representa un potencial peligro para su entorno inmediato, sin embargo, cuando es alguien que aspira a dirigir un país, el peligro es de dimensiones insostenibles.
Este es el caso de Gustavo Petro, un exguerrillero del M19 que estuvo preso por casi 16 meses, y fue condenado por porte ilegal de armas y material explosivo, y en esa carrera como miembro activo del M19, ( el mismo grupo que quemó el palacio de justicia por orden del cartel de Medellín) empezó su manía profesional como mentiroso compulsivo y empezó a mostrarse como un líder del movimiento guerrillero y a promocionar su carrera política, basado en la mentira que era uno de sus líderes , cuando en realidad era simplemente un “ carcelero”, alguien de poca monta, como lo expresa el columnista julio Bahámon Vanegas, en su columna de opinión del diario del Huila ( octubre 20 de 2021).
Ese es el mentiroso patológico que lidera las encuestas en nuestro país, y su obsesión por la mentira es la piedra angular de sus propuestas como candidato presidencial, propuestas envilecidas y disfrazadas de progresistas, pero que no resisten el mínimo análisis sobre su sostenibilidad ni económica, ni social, ni ambiental. Empecemos por analizar los últimos debates del Mitómano empedernido.
En uno de los debates de la semana anterior el candidato Petro afirmo que el presidente Duque había “expropiado” 600 mil empresas en Colombia, me pregunto, es en serio?, como los otros candidatos no cuestionan una afirmación tan absurda y traída de los cabellos, y permiten que diga semejante estupidez, con el agravante que los seguidores de este mentiroso consumado, le creen lo que dice, y esto representa un peligro para nuestra sociedad, porque salen a las calles convencidos que el gobierno dio una orden para que 600 mil empresarios, se fueran a la quiebra por algún “ capricho”. Capricho sí, pero inventado por estados febriles de un candidato que sin ruborizarse desconoce que su plan de gobierno, dicho además en plaza pública, es expropiar la banca, el agro , la minería, el petróleo, los hidrocarburos y todo lo que para él en su resentimiento social representa “ la clase privilegiada”, pero no nos equivoquemos, en los países que han aceptado ideologías de izquierda, la expropiación comienza con los grandes, pero en la medida que va avanzando, sigue con los medianos y sin ningún apremio termina con los pequeños empresarios, recuerden que el objetivo único de esta ideología es la ESTATIZACION de la economía. En plena pandemia el gobierno ordenó el confinamiento como una medida para enfrentar un virus del cual desconocíamos casi todo, pero dejo a los alcaldes locales la potestad de manejar sus ciudades, el señor Petro evita mencionar que fueron los alcaldes que representan la izquierda( amigos de él), en ciudades como Cali, Bogotá, Medellín, quienes más beligerancia mostraron cuando el gobierno de Duque quiso acabar los confinamientos y abrir nuevamente el comercio y las empresas, lo acusaron de “neoliberal” sin consciencia y Claudia López , megáfono en mano pregonaba en Bogotá que primero era la salud que la economía.