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Para algunas especies, las plataformas marinas son incluso mejores viveros que los arrecifes naturales. Los altísimos pilones son el lugar perfecto para el desove de diminutas larvas de peces.
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Abdulaziz bin Salman, el hombre más poderoso del petróleo, navega por naciones rebeldes de la OPEP +, enormes cambios en los precios y la producción, y el fin de los combustibles fósiles.

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Hace varios años la crónica roja de la capital, retrataba un hecho que se conserva aún fresco en mi memoria, se trató para entonces de la muerte de un habitante de calle, que murió por inanición, y aunque este hecho parezca a simple vista normal, se descubrió posteriormente que esta persona tenía guardado en su cambuche un colchón repleto de dinero, y para la época no era una cantidad menor, sino que representaba una riqueza que le hubiese permitido vivir más que cómodamente.
Muchos en algún momento hemos conocido al avaro del barrio, un personaje dueño de algún supermercado local o de una ferretería, o estación de servicio, y seguramente recordaremos, como esta persona prefería tomar el bus antes que pagar un taxi o incluso vestir casi harapiento con ropa sucia que no se cambiaba durante semanas, es decir era una persona que prefería guardar su riqueza antes que disfrutarla. Y por supuesto, quien no recuerda el cuento de la pobre viejecita, que no tenía que comer…
Estos ejemplos vienen a mi memoria cuando contemplo la situación que vive Colombia en los últimos días, el gobierno de forma temeraria e improvisada presenta una reforma tributaria inoportuna, a la que ya el ambiente nacional le presagiaba un camino escabroso y lleno de complicaciones, los medios difundieron borradores de lo que posiblemente traería el texto final, aumento en el IVA, nuevos gravámenes para la clase media, IVA a servicios públicos, impuesto a las pensiones, ampliar la base de renta, etc., lo que fue creando una oleada de inconformismo que se palpaba en las conversaciones cotidianas, y que enardecían a la opinión pública, hecho justificado o no, pero al que el gobierno hizo de oídos sordos, y el señor ministro de forma arrogante y soberbia amparado por un presidente que concentró toda su atención en su programa de televisión ( que nadie ve), presento el texto final al congreso en contra de todo el sentimiento nacional, lo que permitió que se desviara la atención de lo verdaderamente importante, que era como obtener recursos para cubrir el gasto social que la pandemia había acrecentado y como disminuir el déficit fiscal y preservar el grado de inversión en las calificadoras de riesgo, cosa no menor que a la larga implica que tan altos serán los intereses de deuda que le cobran al país sus acreedores internacionales, lo cual en plata blanca es determinar qué porcentaje del PIB se destina al pago de esa deuda, desviando recursos que podían ir al gasto social, todo un círculo vicioso que no es fácil de romper, pero el señor ministro y el presidente, equivocadamente, no tuvieron el mínimo recato y se pasaron por alto todos los estándares que un buen manejo económico debe tener, sobre todo en una coyuntura tan compleja como la que vive el mundo y Colombia, por cuenta del covid-19, con sectores de la economía completamente quebrados, altos niveles de desempleo, con la pobreza aumentando a niveles de hace décadas, y un entorno social de inconformismo por la falta de liderazgo. En otras palabras “dieron papaya”, y en un país como el nuestro esto implica que la oposición en cabeza de la izquierda radical convoque a marchas con la justificación de protestar contra la reforma tributaria, lo cual no es más que una fachada establecida por los sindicatos, que ya tenían una convocatoria a marchar mucho antes que la reforma estuviera siquiera en borrador, en país de ciegos, el tuerto es rey, diría mi padre.